Las elecciones municipales están a la vuelta de la esquina. Y a unos días de saber quién asumirá el cargo de alcalde de Lima, la situación se torna preocupante debido a que en nuestro país desde hace mucho se ha visto que existe una desafiliación personaje-partido político y el formato de las cédulas electorales este año no mostrará la foto del candidato ni su nombre, solo el nombre y logo del partido. A diferencia de las cédulas para las elecciones regionales que si incluyen la foto del candidato.
Si bien es cierto, algunos candidatos han logrado posicionarse en la mente del electorado gracias a ostentosas campañas de publicidad en tv, radio, redes sociales y exteriores, sin embargo, en estas se ha resaltado a los personajes y su pensamiento, más no la línea y/o ideología del partido.
“El sistema político-electoral peruano se caracteriza por girar en torno a las personas y muchas veces en torno a caudillos, seudo caudillos o figuras carismáticas; pero no en torno a líderes, en el sentido estricto. Esta situación deja en segundo plano a los partidos políticos, los cuales se convierten en cascarones que se utilizan para llevar a esa persona a una contienda electoral y dejan más lejos -aún- las propuestas programáticas o ideológicas, si es que existieran”, señala Miguel Antezana, coordinador académico de los Diplomas Internacionales en Comunicación ESAN.

“Los hombres son los que hacen los partidos…”
Precisamente, la “personalización” es un problema que se ha venido arrastrando en la política peruana desde hace mucho y que salió a relucir con mayor intensidad en los 90, respaldado por la crisis del sistema de partidos.
Podemos recordar así a Ricardo Belmont en 1989, que pasó de conductor de tv a candidato a la alcaldía de Lima o a Alberto Fujimori, catalogado como un outsider y recordado inicialmente más como “personaje” que como “parte de un partido”, o el caso de Mario Vargas Llosa. Más adelante está Alejandro Toledo, cuando se lanzó por primera vez a postular a la presidencia, entre otros.
“Los partidos políticos son cuestionados y “golpeados” cuando se divulga que entre sus candidatos existen personas con procesos judiciales…”
Así como ellos, en la actualidad también existen personajes que aparecen en el panorama político aprovechando su popularidad en otros ámbitos (televisión, radio, etc). Un claro ejemplo vuelve a ser Ricardo Belmont, quien en el segundo debate del 30 de setiembre fue cuestionado (por Alberto Beingolea) por ser representante del partido de izquierda Perú Libertario, debido a que el partido respalda los regímenes de Venezuela y Cuba. A lo que el candidato exclamó que “los hombres son los que hacen los partidos”, dando a entender que puede no compartir la ideología del partido e incluso cambiarla. A pesar de que está claro que un partido de izquierda siempre será un partido de izquierda.
Al respecto, Antezana señala que la personalización a la imagen del partido político, “pues al girar todo en torno a una persona, si esta comete errores (de cualquier tipo) son endosados al partido. La reputación personal y profesional de la persona afecta de manera positiva o negativa a la organización, es expuesta y es un argumento -generalmente- para descalificar al partido. Por eso es que vemos como los partidos políticos son cuestionados y “golpeados” cuando se divulga que entre sus candidatos existen personas con procesos judiciales, condenados y hasta requisitoriados.”
Y agrega, que si no hay un conocimiento profundo, real, de la reputación de la persona que el partido intenta apuntalar, esta se puede convertir en un peso muerto que lo hunde. “Desde mi punto de vista, no es que sea totalmente equivocada (esta estrategia); el problema reside en que es pésimamente gestionada.”
Debate sin logos
Asimismo en ambas fechas del debate, se pudieron ver banners con el nombre del partido político acompañando las declaraciones de los candidatos, pero no se agregó el logo, lo que dificultó el factor recordación en el electorado. Consciente de esta situación algunos candidatos terminaban sus intervenciones mencionando sus logos: “marca la mamita con su niño”, “los vagones del tren”, el “el whatsapp rojo”, etc.
Otro factor que dificulta la recordación de los partidos de cada candidato, es que algunos logos no tienen relación con el nombre del partido. Por ejemplo, Manuel Velarde pertenece al partido Siempre unidos, el mismo que tiene como logo a “la mamita y su niño”.
A Velarde suele relacionarsele más con las “cejas”.
También tenemos otros casos como el de Enrique Ocrospoma del partido Perú Nación. Este candidato es más relacionado con el partido Alianza Electoral Unidad Nacional, debido a que con este ganó la alcaldía de Jesús María en el 2006.
Cédulas sin nombres ni logos
Este 7 de octubre, los peruanos votarán para definir a las autoridades municipales (y regionales), sin embargo, hemos podido ser testigos a través de noticieros de cómo muchos no son capaces de reconocer los logos de los partidos de sus candidatos favoritos.
Por ello, a continuación en Codigo.pe te dejamos la lista de los candidatos a la alcaldía de Lima junto a los símbolos de sus partidos políticos, en el orden en que podrás encontrarlos en la cédula de sufragio según el último sorteo de la ONPE. Antes de votar ¡No olvides revisarlo!
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